domingo, 14 de noviembre de 2010

Me gusta el perfume que nace en el minúsculo espacio entre el límite de las bocas, en el infinito instante del columpio inmóvil. Ese perfume que es de aire gordo, muy gordo, o a veces de viento, de vientos en vaivenes maravillosamente equilibrados.

1 comentario:

Anónimo dijo...

los besos... magicos...buenisima descripcion, no se si es correcta mi interpretación. mama